Crees que tu valor como persona está estrechamente relacionado con que los otros te vean como una persona especial.

Con tu sensibilidad única y rodeado de fantasía, eres el soñador.

Te ves atrapado, en tu pensamiento, en la necesidad intensa de impresionar a los otros, te dices:

‘Debo ser especial y huir de la vulgaridad.’

Para ello dedicas todos tus esfuerzos y pensamientos a adquirir una identidad especial centrada en tu experiencia interior,  con el consecuente aislamiento de los demás que te producen una soledad e incomprensión, acompañado de aquella expresión ‘nadie me entiende’, pasando de la introspección al ensimismamiento, siendo el soñador.

Para ti no es suficiente con ser especial y único, debes reflejarlo, exponerlo a la vista de todos. Te centras en la creación en tu mundo interior para crear una imagen de persona especial que domina la creatividad y unicidad.

Eres el soñador.

  • Te vuelves temperamental y cambiante en tu carácter, siendo melancólico, triste o enérgico y motivado.
  • Activas tu fantasía, creando historias trágico-dramáticas fuera de la realidad.
  • Forma parte de ti la susceptibilidad (te irritas con facilidad) y te aíslas con la consiguiente sensación de soledad.
  • Creas un mundo interior propio y único, centrándote en exceso en tu propia emocionalidad. Viviendo en un pasado o futuro idealizados.
  • Eres muy creativo, especialmente en el campo artístico. No comprendes porque los demás no valoran tus creaciones.
  • Necesitas mostrar al mundo tu unicidad y el ser especial hasta rozar lo estrambótico.
  • Huyes de lo que consideras vulgar y común, invirtiendo mucha energía en ello.
  • Tu baja autoestima por creer que te falta algo respecto a los otros te hace sentir en ciertos momentos  envidia por tu incomplitud.

 

 Siendo tu miedo más arraigado el ser rechazado por los que te rodean por no tener una identidad especial y excepcional, siendo vulgar, o sientes la incapacidad de saber comunicar tu riqueza interior, y acabas apartándote del mundo.

¿Y que hacer para romper con esa existencia tan dependiente de ser único y especial para resaltar tu excepcionalidad?

  • Empieza por conocerte a ti mismo. Dominas la introspección, tienes la capacidad de comprender tus propios sentimientos y la complejidad de tu vida interior. Abandona un poco tus planteamientos subjetivos.
  •  Sabes escuchar empáticamente, por lo tanto comprendes también la vida interior de los otros. Acércate a ellos.
  • Ese equilibrio entre lo interno y externo te convierte en una persona coherente, añadiendo estabilidad y objetividad a tu vida. Deja fluir quitando dramatismo a los diferentes aspectos de la vida.
  • Busca el propósito de tu vida, ya que eres reflexivo, contemplativo. Da respuesta a la pregunta ¿Qué sentido tiene esto para mí?
  • Explota tu capacidad para la creatividad y el arte, ya que eres sensible, refinado e imaginativo, y compártelo con los demás. Ya sabes todos no lo comprenderán o simplemente no les gustará.
  • Acepta lo mundano y ordinario, como parte de la vida ¡Comparte tu visión plural de la realidad!
  • No te regodees en la dulzura de la melancolía te puede arrastrar hacia una tristeza tóxica.

Empezarás a sustituir la envida por la creatividad artística,

disfrutando de la vida.