¿Y tu futuro? ¿Ya lo tienes esbozado, ya lo tienes proyectado, ya lo tienes trazado?

¿Lo has dejado en manos del destino?

¿Y tus sueños? Los has dejado para la noche, en brazos de Morfeo.

No recurras a la vidente y a su bola de cristal, no dejes en manos de otros tu destino, tu futuro está en lo que tú decidas.

Fórmula para dibujar tu destino y cómo alcanzarlo:

1. Se coge un lápiz ¿Para qué? Para dibujar tus sueños. No empieces con excusas de que no sabes dibujar. Dibuja a tu manera, plasma tus ideas, tus ilusiones, tus proyectos; en dos palabras: tus sueños, en un papel.
2. Pinta y colorea, crea un mapa sobre el papel que transmita tu mapa mental del proyecto. La idea principal, conceptos básicos, elementos necesarios para alcanzarlo, caminos a seguir, cruces, cuestas, ‘enemigos’ que nos acechan, y la meta de llegada. Ya lo sabes: ¡una imagen vale más que mil palabras!
3. Empieza desde un presente ‘limpio’, sencillo, simple. Has eliminado todo lo superfluo, has rechazado todos los falsos brillos y oropeles. Y si es necesario has tocado fondo, te has embarrado, llorado y chillado de impotencia y rabia. Pero ahora, ya te has reconocido y sabes quien eres. Eres tu esencia.
4. Enchufa tu otro hemisferio cerebral, el de la intuición (acumulación de conocimientos y experiencias, de fracasos y éxitos que acumulas como en un sexto sentido). Y activa tus emociones, aprende a estremecerte, a asustarte, a llorar, a sonreír, a reír.
5. Y empieza a notar suavemente, y después en toda su intensidad la felicidad, no esperes conseguirla mañana. La felicidad sólo hay dos días en que no se puede sentir, uno fue ayer y el otro será mañana.

 La calidad de tu futuro, depende de dos factores principales:

El modo en que vives el presente.

De la voluntad de crear tu destino.

Dependiendo de la intensidad de estas dos variables tu futuro será más o menos luminoso, y cuando llegue el momento sonreirás porque tú siempre has seguido tu camino porque sabías lo que perseguías y

¡Lo has alcanzado!

No te dejes influenciar por los agoreros, por los que anuncian tristeza y desolación.

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¡Buen camino! hacia el destino que estás creando.