Sueños por la noche, sueños durante el día, sueños de futuro…
¿No deben ser todos estos sueños ilusiones sin final?
¿Por qué nos gustan los cuentos, las historias? Sí, aunque ya no seamos niños.
¿Por qué nos gusta no saber la verdad? Porque así podemos continuar con nuestros sueños, ilusiones que no se van a cumplir, o sí.
¿Será por miedo o por falta de valentía, o no es lo mismo?
Desde hace unos años se considera que en la consecución de metas hay dos tiempos en el proceso de creación, de consecución de las mismas:
1 tiempo. Se desarrolla en la mente de la persona, es el proceso de visualización creativa, es la construcción de lo que deseamos que ocurra, es la creación con toda riqueza de matices en cada uno de nuestros canales sensoriales, luces, colores, aromas, sonidos, sensaciones,… de las metas a alcanzar dentro de nuestra mente. Es la producción del escenario con todos sus detalles donde se va a desarrollar la acción, la historia, hasta que al final logres que concurran todas tus fuerzas y las del universo para que esa realidad soñada se transforme en tu realidad.
2 tiempo. El que realmente cuenta, el anterior proceso ha podido ayudarte o no. Los sueños se convertirán en una realidad palpable si entras en acción. En el mundo cotidiano, puede que la visualización creativa te haya propiciado las herramientas que nunca te hubiéras imaginado sin la creación visual de las mismas. Pero para que tus sueños, ilusiones se plasmen en objetivos, metas a alcanzar a base de la determinación, la perseverancia, el plan estructurado, el ajuste de los mismos, el abandono de remilgos, el arremangarse y el rechazar el plan cuando te has equivocado.
Sí, algo que se está olvidando desde el mundo del coaching actualmente es que por más insistir, insistir, si te has equivocado en el planteamiento de tus objetivos y en el trazado del plan, por mucha visualización creativa y constancia, las metas deseadas no se van a alcanzar.
La alquimia y la magia ya dejo de ser considerada la puerta hacia todos los posibles.
Es así de fácil de entender y así de difícil de aceptar, un proceso de coaching acaba funcionando cuando las metas se persiguen desde los resultados tangibles, y no por una conjunción de fenómenos casi mágicos.
Los sueños son imprescindibles para crecer, para evolucionar, para sentir la satisfacción y la felicidad de haberlos cazado, pero hay que despertar y andar por el camino correcto para lograr este fin, …
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