‘Algo viejo, algo nuevo’.
El problema de siempre. El no entendimiento entre jóvenes y viejos. Sí, que no te suene mal. Para los jóvenes, para tus hij@s, ya eres un@ viej@. Ya sé que no te gusta. Puedes poner una y mil excusas, argumentos… que te sientes joven, que tu mente permanece activa, ágil y flexible, que haces ejercicio y realizas deporte, que los jóvenes de hoy no son como los de tu generación, y cuanta retórica se te pueda ocurrir. Pero tu hij@ te ve viej@.
Pero la realidad evoluciona, cambia permanentemente y en estos momentos vertiginosamente. Entonces es normal, chocan. Sí, chocan dos modos de ver la realidad diferentes, paradigmas con elementos divergentes. Y entonces empiezan a surgir los problemas de comunicación, entendimiento con tus hij@s.
¡El conflicto surge, estalla!
¿Qué hacer para mejorar la comunicación con tus hij@s?
¿Cómo resolver los problemas?
- Identifica tus cambios. Sí, primero analiza cómo has cambiado y vas cambiando. Física y mentalmente. Tú tampoco permaneces estátic@.
- Sé consciente de los cambios en el ámbito familiar. ¿La dinámica de la familia es la misma? ¿La comunicación entre tu pareja se ha resentido? ¿Te has divorciado? ¿Utilizas tu hij@ como arma o moneda de cambio? Sé sincero en la respuesta a estas preguntas.
- No traslades tus proyectos inconclusos a tus hij@s, ya sean personales, familiares, o transgeneracionales. Permite que vivan su vida.
- No proyectes tus frustraciones y fracasos en ell@s. Son tuyos, y los tienes que resolver tú.
- No les sobreprotejas o abandones a su suerte. Dales raíces para sentirse seguros y respaldados, y alas para volar, para que descubran su fin último, el significado de su vida.
- No les crees creencias limitantes. Crea, refuerza, incrementa su autoestima, proactividad y voluntad independiente. No les des miedos.
- Entiende que tienen otro mapa mental de la realidad. El entorno aparente y de útiles, herramientas, aparatejos que les rodea tiene muy poco que ver con el tuyo.
- Aunque hay una realidad profunda que siempre permanece con el cambio de generaciones y de civilizaciones. Son los principios naturales y universales. Transmítele una escala de valores fuerte y consolidada en principios éticos.
- Ya lo sabes, la base de cualquier buena comunicación: primero escucha y después escucha, para a continuación entender, después respaldar y por último ofrecer tu experiencia, conocimientos, y lo más importante comprensión, acompañamiento en los momentos más difíciles de transformación personal.
- Y como no, felicitar por los éxitos conseguidos. Sé hincha de tu hij@. Enséñale a gestionar correctamente las emociones e intuición.
Me dirás, suena bien, pero después los problemas son más profundos y difíciles de resolver. Pues sí, pero todo empieza con una buena actitud, y cuando te superen déjate acompañar por alguien que vea la situación desde fuera, con imparcialidad y con profesionalidad.
Plantar un árbol. Escribir un libro.
Tener un hij@,
Esto último no es así, es más bien ayudar a crecer a tu hij@. Un crecimiento personal como persona única y plena, que explosione todos sus dones y talentos naturales.
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