Algunas veces, más de las que pensamos, para continuar con nuestra vida es imprescindible sentir compasión y dar perdón… muchas veces a nosotros mismos.

¡No te flageles! Ni física, ni mentalmente.

¡No te castigues sin perdón!

El acto del perdón es una acción de liberación, es ganar de nuevo el estado de libertad, casi para estrenar.

Es un liberarse de un peso que se arrastra sin sentido, como le ocurre al personaje de este relato de Andrés Neuman.

Una tarde cualquiera, mientras repasaba mi lista de teléfonos en busca de algún nombre agradable, me propuse dos cosas simultáneas: volver a fumar y anunciar a mis enemigos que los perdonaba. Lo primero era un intento de demostrarme que, aunque Elena ya no estuviese, yo seguía respirando…Lo segundo no lo planeé. No hubo bondad. Lo percibí como algo inevitable, consumado de antemano.”

Los autocastigos no tienen sentido, ya que acusado, juez y verdugo coinciden en la misma persona, y esto nunca ha funcionado bien.

Cuando en algún momento de tu vida, las circunstancias te has superado, desbordado, rebasado como ser humano, y has actuado no según tus principios, sino según lo que considerabas más acertado, o simplemente, con impulsividad. Y pasado el tiempo el remordimiento, la culpa te corroen, te impiden continuar, te agotan la energía.

¡Fuma la pipa de la paz!

 

Sí, contigo mismo, que no sea demasiado tarde.

El perdón te llevará del:

    • Conocimiento a la sabiduría.
    • De la sabiduría a la acción.
    • Y la acción a ir tras tus sueños.
    • Los sueños a dar respuesta a tu propósito.
    • Y el propósito a la felicidad.

¿O no sabes cuál es tu propósito?

    • Empieza por liberarte de falsas culpas y remordimientos, decídete por el perdón, te lo mereces.
    • Asume responsabilidades, nunca culpas.
    • Inicia de nuevo tu camino, con propósito y con principios.
    • Cuando vuelvas a errar no te autocastigues.
    • Aprende a perdonar, no solo a los otros, también a ti.
    • Recupera la capacidad de la compasión, no solo hacia los otros, sino también hacia ti.
    • Re-activa tus sueños, cárgate de ilusión y energía, y entra en acción.

¿Eres feliz?

¡Fuma la pipa de la paz contigo mismo!