Las emociones no son un estado, son un proceso, deben tener un inicio, un desarrollo y un final.
‘Por un momento soy presa de una verdadera conmoción, y enseguida me invade una oleada de ira, que pasa pronto, sin dejar rastro. La cólera da lugar a la compasión, y comprendo que si ahora empiezo a regañarla, podría perder su confianza para siempre.’ Brooklyn Follies, P.Auster
¡Cuidado cuando las emociones se convierten en una vivencia permanente!
Cuando una emoción se queda con nosotros, acompañándonos en el día a día, entonces somos víctimas de un secuestro emocional. Las emociones son recursos de nuestra mente más primitiva para dar respuestas automatizadas y rápidas ante cierta amenaza, o para interactuar con los otros seres humanos vía empatía. Son recursos ‘instantáneos’ con una fuerte carga de energía, cuando las utilizamos de forma incorrecta y se convierten en ‘permanentes’, pueden agotarnos y conseguir justamente lo contrario del fin que perseguíamos.
Unas de las emociones más energéticas y explosivas son la ira y el enfado:
La ira: Aporta un plus de energía que activa todos nuestros recursos, para superar una dificultad, un obstáculo, una amenaza. Pero cuidado utilizada continuamente puede dañar nuestros sistemas y a los que nos rodean.
El enfado: Nos permite mostrar nuestro desacuerdo con algo o con alguien. Forma parte de nuestro modo de comunicarnos. Hace llegar a los otros nuestra insatisfacción, habiendo afectado a nuestra integridad como persona. Ahora bien, un enfado sin razones fundadas lleva al alejamiento y aislamiento de los demás, entrando en un círculo de intransigencia y soledad.
¡Atención ! Cuando la ira y el enfado surgen como respuesta a nuestra frustración o impotencia entonces pierden toda su utilidad al no estar bien focalizadas. Las emociones siempre contienen una carga de socialización. No dirigidas a quien corresponde y en el momento adecuado no aportan ningún beneficio a nuestra existencia. Ah por cierto, si hay alguien que no ha experimentado ira o enfado, que se preocupe. Posiblemente no sea humano, puede ser un ser biónico.
La ira y el enfado requieren de ‘la persona adecuada’ y ‘el momento adecuado’.
Posibles preguntas para la reflexión:
¿Cuál es el motivo más frecuente por el que te enfadas?
¿Cuál es tu grado de sensibilidad frente al enfado? ¿Puedes reajustarlo?
¿Recuerdas cómo te has sentido la última vez que te has enfadado?
¿Te has enfadado con la persona adecuada en el momento adecuado? ¿Seguro?
Y sabes ¿Cuál es el propósito cuando expresas tu enfado a alguien? ¿Arreglar las cosas, desahogarte, vengarte? O ¿Son respuestas a tu frustración e impotencia?
Independientemente de tus respuestas, recuerda tú eres el propietario de tu vida y de tu destino, por lo tanto tú debes ser el dueño de tus reacciones emocionales. No te dejes secuestrar emocionalmente.
Creo que el problema es precisamente que nos enfadamos cuando menos debemos y con las personas que no corresponde…
Gracias Vicente!!!
Gracias por tu comentario Rocío.
Pues si nos enfadamos de un modo ‘impertinente’. Muchas veces porque no aceptamos nuestras limitaciones como seres humanos. Pero la mayoría de las veces porque no aceptamos todo nuestro potencial, no lo utilizamos y entramos en la frustración…y ya está servido el enfado con quien menos lo merece.
¡Que tengas un buen día!
Gracias Vicente por tu fantástico post!
El tema de la Gestión Emocional es una de mis pasiones y es clave para el desarrollo personal.
Voy a compartir tu post también en mi nueva página de Facebook “Dentro del Sombrero” https://www.facebook.com/DentroDelSombrero que trata sobre estos temas.
Me encantaría que nos acompañases en la página y me pasases los enlaces de tus post para compartirlos también desde allí. ¿que te parece? ¿Nos acompañas en dentro del sombrero?
Un fuerte abrazo y buen miércoles
Comparto contigo Fátima el interés por la inteligencia emocional. Si durante nuestra educación y formación se tuviera en cuenta este ámbito del ser humano, en otro mundo viviríamos.
Como no, claro que te acompaño en tu proyecto ‘Dentro del Sombrero’.
Gracias por tu comentario y que tengas un buen fin de día.
[…] Cambia está situación, no tiene porqué ser siempre así, ese círculo vicioso de cargarse, explotar, liberarse y vuelta a empezar no tiene porqué repetirse hasta el infinito el enfado. […]
[…] Cuando tu vida no vale gran cosa, cuando el día a día es aburrido, cuando tu trabajo no te motiva, y cuando tus relaciones son tóxicas. […]
[…] te arrastra hacia el fondo, es el sentimiento de la impotencia, de la angustia, de pesadumbre, de ira que provoca la emoción desencadenada por el fracaso, por no haberlo logrado. Se presenta cuando […]