“Cuando por la mañana se encontraba, somnoliento, con su gato ‘Jealousy’, le envidiaba a rabiar porque él sabía maullar, y él no lo había logrado nunca”
Cuando la envidia hacia los demás no permite que veas tus talentos,
Cuando la envidia de los otros hacía ti, arrincona tus habilidades.
Cuando la envida emponzoña, intoxica tu vida.
Si alguien siente envidia por ti, simplemente protégete de su cólera, apartarte de su rabia, y ten en cuenta que su emoción tóxica hacia ti viene provocada porque has alcanzado el éxito y la excelencia, aunque tú no le des importancia.
Recuerda que cuando las cosas te vayan bien siempre puedes despertar esa envidia que viene acompañada por la cólera de personas intoxicadas. Ante esto solo cabe: ¡protegerse!
¿Pero si eres tú el que siente envidia hacia otro?
No, yo no soy envidioso
¿Seguro? Claro que sí, segurísimo.
Ya que estás tan seguro que tal responderte a estas preguntas:
- ¿Alguna vez has pensado que tus amigos no aprecian o no reconocen tus talentos y habilidades?
- ¿Te sientes mal cuando alguien, tanto en el ámbito personal como profesional, dedica más tiempo a otras personas cercanas que a ti?
- ¿Criticas a personas, que no conoces en profundidad o detalle?
- En los eventos sociales ¿Te gusta destacar y ser el centro de atención? ¿O te gustaría? y si no es así ¿Te sientes mal?
- ¿Cuándo alguien cercano tiene éxito en su trabajo te sientes mal?
- ¿Cuándo alguien cercano le va bien personalmente o con su pareja, te molesta?
Eso sí, no te mientas a ti mismo, contesta con sinceridad.
Si has respondido que sí a alguna de las preguntas anteriores, no te dejes corroer por la envidia, es una de las emociones tóxicas más corrosiva que existe. ¿Y cómo me libero de la envidia?
- Reconoce todo tu potencial, conocimientos, habilidades, sobre todo tu humanidad. Tú lo vales.
- Activa tu humildad, el reconocer que vas tras la excelencia, y que si alguien te ha superado puede ser tu maestro. Admira la maestría de los otros si son dignos de sus logros.
- Rechaza comentarios malintencionados de los que te puedan envidar. NO entres en su juego de descalificaciones, no trates de justificar lo que haces de acuerdo a tus valores, esfuerzo y pasión.
- Recuerda que la envida es producto del sentimiento de inferioridad. Tú nunca eres inferior, si acaso diferente. Y la diferencia siempre enriquece.
- Abandona los celos, los chismes, las criticas. Todo ello evidencia que aún no estás preparado para recibir el éxito y el triunfo. Cuando estés listo lo notarás enseguida:
¡Activaras todo tu potencial en pos de tus sueños!
- Si abandonas la envidia, desaparecerá la impotencia, se activará tu energía y empezarás a brillar. Rompe tus límites.
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