El viaje iniciático. ¿Eres uno de los valientes seleccionados para vivir la vida? ¿O solo un esclavo más del sistema?
Todo en la vida se inicia con el hartazgo, hastío, aburrimiento de permanecer cautivo en la zona de confort, vamos lo que te ocurre todos los días de forma repetitiva, sin aportarte nada y dejándote con ganas de más, y preguntándote que haces aquí. Y esperas la llamada a la aventura, el denominado elemento disruptor. Estás tranquilo, pero, de repente, ocurre algo que te obliga a iniciar tu misión, que puede ser una investigación, una lucha, una conquista, cualquier cosa que responda a lo que se puede llamar “tu vida”.
Y te decides a iniciar el viaje, puedes llamarlo “el viaje iniciático”, y te decides a convertirte en héroe de tu vida, para algo estás aquí ¿supongo?
Y te preguntas ¿Por dónde empiezo? ¿Y seré suficientemente valiente? ¿Y si fracaso?
Bueno no tienes mucho que perder… al final lo perderás todo…
Para entender que implica iniciar un cambio en tu vida, un cambio de verdad, no un solo ‘maquillaje’, te presento las diferentes etapas del viaje del héroe. Si, estos cambios son solo para los héroes.
¿Te atreves a ser el héroe de tu vida? No, ¡uff! Lo siento. Si, pues allá vamos…
¿Cuáles son las doce etapas del viaje del héroe?
Tú, el protagonista, vas pasando por varias fases, exactamente doce, que te llevan a través de tu evolución al cambio de vida que sueñas.
1. El mundo ordinario. La zona de confort, donde todo se repite sin sobresaltos. Tu día a día, deberás conocer todo lo que dejas atrás, todo lo que pierdes cuando tomas la decisión. Recuerda, todo tiene un precio.
2. La llamada a la aventura. Aparece el elemento disruptor, el suceso que pone todo patas arriba, tu mundo se derrumba, se diluye. Se presenta un conflicto o la imperiosa necesidad de lograr un objetivo. No ha de ser un tema de vida o muerte, sino que se puede tratar de algo muy pequeño, sutil, quizá conocer a la mujer o el hombre que te va a cambiar la vida. Ya nada volverá a ser lo mismo.
3. Rechazo de la llamada. En un primer momento, no quieres asumir la aventura o la misión, te dices: “esto no es para mí”. A todos no es difícil abandonar nuestra zona de confort, el estado de equilibrio, el lugar donde te sientes seguro y crees que nadie te puede hacer daño; que ingenuos que somos. Tienes miedo, mucho miedo. Así que rechazas la llamada de la aventura. Te dices: “otra vez será”
4. Encuentro con el maestro. Conoces a alguien que actúa como mentor, que te apoya para aceptar la llamada de la aventura, de ese conflicto que te se ha planteado. Te anima. A veces, también, este maestro te da una serie de herramientas o claves para llevar a cabo la misión.
Es el momento para cruzar la frontera del mundo ordinario al mundo extraordinario.
Te notas vivo ¿Cuándo tiempo hacia que no lo experimentabas?
5. Cruce del primer umbral. Tienes que hacer frente al primer obstáculo que el mundo extraordinario te plantea. El hecho de luchar contra ese primer obstáculo, que lo más seguro no superes, te hace estar ya de lleno en la aventura. Ya no hay vuelta atrás. Caes y te levantas ante los numerosos obstáculos que te encuentras. Has cruzado la puerta…
6. Pruebas, aliados y enemigos. Tendrás que enfrentar diferentes pruebas y obstáculos a lo largo del desarrollo, no te había dicho que fuese simple y fácil. Puede que algunos de esos obstáculos sean enemigos, no seas ingenuo, siempre los hay. Pero, para superarlos, contarás también con la ayuda de aliados, amigos.
Solo se viaja más rápido, acompañado se llega más lejos.
7. Acercamiento. Cada uno de esos obstáculos, generalmente in crescendo, algunos los superas y otros no, te van preparando para el reto decisivo. No hay alternativa, tendrás que enfrentar a él. Cada vez que avanzas o fracasas, vas aprendiendo y evolucionando. Vas conociendo mejor a tus enemigos y a ti mismo, muchas veces el mayor enemigo es uno mismo. Todo esto te ayudará en el momento decisivo. Conócete.
8. Prueba suprema. Es la hora de la verdad, cuando te enfrentas al mayor reto de todos, para el que, a lo mejor sin saberlo, te has estado preparando toda la vida. Es cuando echas mano de todo lo que has aprendido, de todos los recursos, y te lo juegas al todo o nada. Es casi como si de nuevo cruzases el umbral.
Valentía, valentía…sino resígnate a morir triste y gris, sin pena ni gloria.
9. Recompensa. Después del reto decisivo, eres recompensado, hayas superado o no hayas superado el reto. Dicha recompensa no tiene porque ser material, no todo es dinero en la vida, puede ser inmaterial como haber ganado un amigo, encontrado el amor, o simplemente sentirte más fuerte, conocerte a ti mismo, o tener nuevas habilidades y conocimientos. En pocas palabras: sentirte vivo.
10. El camino de vuelta. Después de la prueba suprema y la recompensa, tú, el héroe, inicias el camino de regreso de tu viaje iniciático, pero queda un último problema. Te enfrentas a la última batalla para no perder aquello que has ganado. Las victorias hay que consolidarlas, siempre.
11. La resurrección. Esta última lucha para mantener la recompensa es otra vez una lucha a todo o nada. Aquí es cuando “muere” el viejo yo de ti, el que eras antes de empezar la aventura, el héroe se desprende totalmente de él. Sales de esta última prueba purificado y preparado para emprender el viaje de regreso.
12. El regreso. Atraviesas de nuevo la puerta que te lleva de vuelta al mundo ordinario. Pero, claro, ahora tienes tu recompensa y, además, la experiencia. Ya no eres el mismo. Conoces aspectos de ti mismo que ignorabas, te sientes más seguro y fuerte. Es decir, no es el mismo mundo ordinario que al principio, ya no existe la zona de confort, previsible, aburrida y sin sentido. Es la vida…
¿Te atreves a iniciar el viaje iniciático?
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