Un cambio de vida implica, simplemente, la adopción de lo nuevo y el abandono de lo viejo. Sí, así como suena, pero prescindir de lo viejo, no quiere decir prescindir de lo valioso.
¿Pero realmente te has parado a pensar si arrastras algo valioso? ¿O arrastras trastos viejos e ideas rancias?
Para que tú avances como persona y profesional, viejos paradigmas deben caer, o ya lo sabes…
¡Tú vas a caer!
El cambio de vida lleva implícito una ruptura, y esa ruptura la mayoría de las veces es dolorosa, y otras tantas dichosa y de celebración.
¿Dónde reside el éxito del cambio? En la persuasión ¿Y en un cambio de vida qué es persuasión? Aceptar algo nuevo significa sacrificar algo…
Y entonces aparecen diferentes elementos que dificultan el cambio de vida:
- El miedo ante la nueva aventura, sí, es una aventura de resultados desconocidos, y esa incertidumbre te provoca aprensión al cambio
- El sacrificio como renuncia o destrucción de algo conocido (zona de confort). Para obtener algo deseable que se considera mejor, pero que implica determinación hacia el fin (zona de aprendizaje).
- Desprenderse de lo considerado valioso, desaprender lo que considerábamos cierto. Al fin y al cabo un trueque. Un cambio de vida significa un cambio en tu mente, ¡y eso duele!
- Y los riesgos potenciales a asumir. Tú lo sabes, todo tiene un precio ¿Cuál estás dispuesto a pagar? Hay que apostar por la efectividad para superar estos riesgos.
Un cambio de vida requiere de un plan global similar a la metamorfosis de la mariposa. Una vez que el gusano crea un capullo duro y protector, lo que ocurre dentro es casi una transformación alquímica. Los sólidos de la oruga se licuan y se reorganizan en una forma totalmente nueva: una mariposa.
Persigue tus sueños, asume un cambio de vida, asume sacrificios y riesgos…
¡… y siente la vida a flor de piel! Recuerda la rutina es mortal…
… antes de consumir remover y agitar ¡vigorosamente!
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