¿Te acuerdas de tu niñez? ¿Te acuerdas de tus juegos de infancia? No, pues para un poco y vuelve atrás. Recuerda las satisfacciones y el placer del juego. En este post te voy a proponer que vuelvas a recuperar las ganas, y ¿por qué no? el entusiasmo que despierta el juego.
El juego es un componente esencial del proceso de aprendizaje del ser humano, mediante esta actividad aprendemos de una manera intuitiva nuevos conocimientos, pero sobre todo habilidades, habilidades psicomotrices, especialmente habilidades emocionales y sociales. Cuando empezamos a abandonar la niñez, nos introducen en el sistema educativo, hay que decirlo, en la mayoría de los casos a la fuerza, ¿Quién no recuerda algún que otro lloro? Y entonces empiezan las mutilaciones en el proceso de aprendizaje. Todo aquello que no se puede medir, no vale. Todas aquellas materias relacionadas con la creatividad, como son el dibujo, la pintura, la música, la danza, la interpretación dramática, y la lista podría ser muy larga, se convierten en las ‘Marías’. Pero no por falta de potencial que tienen en el desarrollo humano, sino más bien por la incapacidad de maestros, profesores, sistema educativo, sociedad de medirlas, baremarlas. Como los huevos debemos poder ser clasificados por categorías, y sin medida no hay clasificación, con lo cual parte de nuestra naturaleza humana es encorsetada, despreciada y mutilada. Y así nos va.
Pues bien, te propongo que reinicies la actividad del juego; que no te lo creas, no es de niños, es de personas. Vuelve a jugar, disfruta del juego, ensúciate, ríe y despreocúpate. El juego te va a aportar:
- Incremento de tu creatividad en la búsqueda de soluciones. Vas a conseguir recuperar la imaginación, vas activar las capacidades adormecidas de tu hemisferio derecho. Tu intuición va a volver a funcionar. Y los planteamientos ilógicos te van a llevar a soluciones novedosas. Vas a cambiar, a mejorar tu ‘mapa de la realidad’.
- Incremento de la claridad. Como muy bien sabes los niños son crueles, crueles porque no disfrazan la realidad, y dicen las cosas como son. Quizás hayas disfrazado demasiado tu realidad y no te deja ver con claridad. Juega y vas a eliminar muchos velos que enturbian tu visión. Te va a surgir la pregunta ¿Cómo estoy disfrazando la verdad para evitar enfrentarme a ella?
- Incremento del placer. Vas a ganar en satisfacción, vas a disfrutar de lo sencillo y simple. Lo importante será el recorrido, el camino, el fluir, en una palabra: felicidad.
- Incremento de profundidad. Como te he dicho el juego no es sólo un divertimento, sino también un proceso de adquisición de conocimiento. Va a mejorar tu crecimiento y desarrollo personal.
Te propongo que profundices más en la verdad y la realidad de tu vida, y tú me preguntarás ¿Cómo? Con el juego de “los 5 por qué”. Es el juego del círculo de las preguntas de los niños, la respuesta a un ‘por qué’ lleva a otro ‘por qué’. Acepta este pequeño reto. Escoge una preocupación, una duda, un problema que te ronda por la cabeza, y hazte 5 ‘por qué’ sobre lo que te preocupa. Ya me contarás. Seguro que llegas a una respuesta que te sorprende, y que has estado disfrazando y ocultando durante bastante tiempo.
Aprovecha tu periodo de vacaciones y juega, conseguirás ser tú mismo y vivirás la felicidad como un continuo. Ensúciate.
Y, ¿por qué tengo que preguntarme por qué? ¿No es malo a veces?
😀
Hola Rocío, no es el ‘¿Por qué?’ de las razones, de las justificaciones, de las explicaciones.
Es el ‘¿Por qué?’ de la mayéutica, dialéctica socrática, es el llegar hasta la verdad. Se trata de ir eliminando las capas superfluas, las excusas, y también los miedos a enfrentarse con la realidad.
Es ese indagar hasta la ‘crueldad’, pero al mismo tiempo honestidad que caracteriza a los niños. Se trata de volver a la infancia.
Ya lo sabes, ‘juega, ríe, y porque no ensúciate’.
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