Con el anterior post inicié una serie de publicaciones referentes al cambio. Todos sin excepción queremos mejorar algo, ya sea en el ámbito personal o en el profesional, o en cualquier otro ámbito de nuestra vida. Pero como sabemos todos, el cambio se resiste. Esta resistencia viene determinada por nuestro paradigma, que al fin y al cabo es un conjunto de respuestas automatizadas ante los diferentes estímulos que nos llegan de nuestro entorno. Sin este patrón de respuestas nos sería imposible manejarnos en el día a día, ya que nuestras respuestas serían lentas y peligraría nuestra supervivencia. A estas respuestas les ponemos ‘etiquetas’. Unas son definiciones positivas, pero ¡cuidado! otras son definiciones negativas, y por lo tanto limitantes, y ello no nos permite avanzar en nuestro desarrollo personal.
Te suenan las preguntas ¿Quién soy? ¿Cómo te describes a ti mismo? Seguro que tienes un montón de etiquetas. Algunas son positivas, bienvenidas sean; pero otras son negativas, son las limitantes, son las que nos frenan, son un lastre, son las que nos impiden el cambio porque mellan nuestra autoconfianza. Huye de estas etiquetas, como dijo Sören Kirkegaard
‘Si me clasificas (o me etiquetas), me niegas’.
Trata de averiguar hasta qué punto estás encadenado a tu pasado, todos los ‘Yo soy’ autodestructivos provienen de estas cuatro frases neuróticas:
- ‘Así soy yo.’
- ‘Yo siempre he sido así.’
- ‘No puedo evitarlo.’
- ‘Es mi carácter.’
Te suenan algunas de estas etiquetas:
Yo soy tímida.
Yo soy perezoso.
Yo soy asustadizo.
Yo soy desordenada.
Yo soy aburrido.
Yo soy gorda.
Yo soy torpe.
Yo soy inmadura.
Yo soy diferente.
….y bla, bla, bla…
Cuando acudes a estas etiquetas estás gritando
‘PIENSO SEGUIR SIENDO LO QUE HE SIDO SIEMPRE’
¡Libérate y vive una nueva vida de esplendor y felicidad! ¡Aprovecha tus dones naturales!
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