Vivir la vida es como ir en bicicleta…
Si dejas de pedalear te caes.
Aquello de que aquí no me muevo que se está muy a gusto, no vale.
El no moverse de la zona de confort, no vale.
Aquello de que es mejor la malo conocido que lo bueno por conocer, no vale.
Como sabrás muy bien todo caduca, y no solo el yogur, que bien lo puedes alargar unos días pero al final caduca.
Entonces por la cuenta que te trae, empieza a estructurar un poco tu plan de vida:
- Establece unas metas, mucho mejor si es un sueño de ilusión que mantiene la energía.
- No te arrugues, que la meta sea un horizonte lejano, así más lejos vas a llegar.
- Si la meta no es retadora no te vas a mover, no te motivará.
- Después establece unos objetivos, eso sí, que sean cuantificables, te va a permitir comprobar si avanzas, o vas hacia atrás.
- Fija una fecha límite, sino nunca vas a cogerlo en serio.
- Y después crea un plan de vida, bien estructurado con sus etapas, fases.
Y tú me dices: ‘¡para, para! que los planes no acaban cumpliéndose como había planificado.’
‘Indudablemente que no’, te respondo, hay que ir comprobando su validez, vigencia, su cumplimiento. De una manera continuada modificarlos y cambiarlos. Ya que la realidad que te circunda va también transformándose a velocidad de vértigo.
Y tú vuelves a preguntar: ‘entonces para que vale un plan’
Y ahora te respondo:
- Para no quedarte parado y empezar a moverte.
- Para ir creciendo en conocimientos y experiencias.
- Para incrementar tu capacidad de resiliencia (resistencia al fracaso).
- Para mejorar tu actitud. Más flexibilidad, más tolerancia, más apertura mental, menos prejuicios, menos dejadez, menos ‘quejitis’.
Y te puedes encontrar con otra pregunta: ‘entonces no vale más tener esa actitud tan proactiva y abierta, e ir improvisando, porque si el plan siempre está en entredicho, sirve de poco ¿no?’.
El plan de vida que te lleva a la acción es imprescindible, sino serás muy flexible, tolerante y todo lo que tú quieras pero tu actividad estará carente de foco, de orientación. Y muy activo estarás, chorrearas adrenalina, te harás dependiente de ella, puedes hasta acabar proactivo. Pero más perdido que un esquimal en el Sahara.
Fuerza y disciplina. Y vive tu vida con una meta en mente.
¿Plan de acción versus actitud?
Si por ti solo no puedes clicka sobre la imagen.
Si no te mueves, ¡caducas! 😉
Y ¡rápidamente!
¡Gracias Rocío!