En varias ocasiones he mencionado la importancia del paso de la zona de confort (aquella que conoces) a la zona de aprendizaje (aquella que desconoces). De ti depende que esta nueva realidad se convierta en la zona del abismo, de los miedos o se transmute en tu zona mágica.
Para convertirla en tu nueva vida, en una nueva etapa de crecimiento, de nuevos descubrimientos, de deseos, de ilusiones, donde llevas a cabo aquellas transformaciones en tu vida que nunca te habías atrevido a llevar, sin saber muy bien qué te lo impedía. Pues para llevara cabo esta transformación es imprescindible:
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Saber gestionar tus emociones, *en varias ocasiones referenciado.
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Activar tu valentía para superar tus miedos, *en otras tantas referenciado.
Y tú me dirás ‘Vale, de acuerdo, pero ¿cómo? Aún no he llegado a entender el motor del cambio.
Lee este pequeño fragmento del libro Aranmanoth de Ana María Matute, y después te lo cuento.
‘La niña parecía demasiado erguida sobre su caballo, tal vez a causa del temor a desvelar su fragilidad. Entraba en una tierra desconocida, entre gentes desconocidas, y su corazón temblaba. Venía de un país de suaves colinas, allí donde el Gran Río aparecía bordeado de viñas y el aire esparcía al resplandor del sol el dulce aroma del mosto mezclado con el color de la miel. Ahora, en cambio, la recibía, y parecía espiarla, un país erizado de bosques, bordeado y cruzado por grandes montañas; y regresaban a su memoria historias de lobos. Lobos que jamás había visto en las tierras del sur, pero de lo que, en voz de cuentos de nodrizas, imaginaba su ferocidad y su acecho.’
¡Ahí, va la respuesta!
- Decídete a crecer. Sal de aquella zona de seguridad, falsa seguridad que creaste en tu infancia. Ya no existe. Ese es el verdadero problema. Hace tiempo que desapareció. Estás viviendo en un espejismo. Esto es muy peligroso para ti.
- Sé clar@ y transparente. Reconoce tus emociones. Si hay que llorar, se llora y si hay que reír, se ríe. Ya que las emociones retenidas acaban ‘pudriéndose’ en tu interior. Mal asunto para tu equilibrio emocional.
- Y da el salto. Toma la decisión del cambio. Si puedes por ti sol@ a por ello. Si no, déjate acompañar, ya que los que te rodean se van a cansar de excusas y victimismos. Ya que ni ‘TÚ TE LO CREES’.
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