¿Sabes cuánto tiempo te queda? ¡Ojalá, no lo sepas!
¿Te pasa que no llegas a realizar todas tus tareas al final del día?
¿Te da la sensación de que estás fuera de control?
Entonces, empieza a gestionar tu día, tu tiempo de otro modo:
- Actúa como si hoy fuera el último día de tu vida. Identifica lo realmente importante para ti. El tiempo se acaba.
- Empieza por cumplir contigo mismo. Mantén los compromisos que te has marcado, es lo primero. Tus sueños tienen prioridad.
- Sé proactivo, no actúes respondiendo a modo de reacción, planifica tu tiempo y aprende a decir NO. No conviertas cualquier asunto insignificante en algo urgente. ¿Cómo lo puedes saber? ¿Respondes siempre, inmediatamente, a todas las llamadas que te llegan a tu teléfono? Entonces tú no diriges tu vida.
- Continúa con la utilización de algún método de gestión y organización de tu tiempo. Ejemplos:
- Lo más sencillo: notas y listas de asuntos pendientes, ya sabes ‘vale más un lápiz corto que una memoria larga’.
- ¿Y por qué no una agenda? Dependiendo de la complejidad de tu vida profesional y personal, y de tu preferencia puedes utilizar diferentes tipos de agenda. Ahora si, cumple los compromisos que asumas y hayas programado.
- La gestión de proyectos. En los cuales ya figura unos objetivos, metas a alcanzar, con sus correspondientes tareas, recursos y fechas límites. Esto ya es un plan. Cúmplelo, sino ¿para qué lo has creado?. Vaya pérdida de tiempo.
- Por si quieres ir más allá, no se trata de gestionar sólo el tiempo. Se trata de que hagas un cambio de paradigma y empieces a diferenciar entre Importante y Urgente. Empieza con cambios significativos en tu vida.
Importante es todo aquello que está relacionado directamente con la consecución de nuestro objetivo supremo, nuestros objetivos y resultados programados, de acuerdo a nuestra misión.
Urgente es aquello que necesita de una respuesta rápida, de inmediatez. Lo que no podemos es actuar siempre de urgencia, porque ello significa que no hemos planificado y asignado correctamente nuestros tiempos y recursos.
¡Tempus fugit!
Empieza a gestionar tu tiempo por significado y valores de tu vida. Un proceso de coaching te ayudará a conseguirlo.
Y recuerda ¡tu tiempo se acaba! ¡no corras!
*Inspirado en Stephen R.Covey
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